Y TÚ ¿ALIMENTAS TU PIEL?

Afortunadamente, poco a poco se está generalizando más el cuidado de la piel como una rutina más en nuestro día a día. La gente es cada vez más consciente del uso del protector solar, no solo como preventivo a nivel estético de arrugas y manchas sino también para prevenir patologías y alteraciones más serias de la piel. También, son muchas las personas, que se informan e utilizan numerosos ingredientes y activos (vitamina C, retinol, niacinamida, ácido salicílico, ácido hialurónico, proteoglicanos,…) normalmente para obtener un efecto antiedad u otro fin estético. Pocas veces consumimos algún nutriente/alimento simplemente porque sea "bueno para la piel” a nivel fisiológico/estructural. En cambio, sí nos interesan alimentos para los huesos, para la vista, para el desarrollo cognitivo y mental, para “las defensas”, incluso para adelgazar. 


Sin embargo, en otros países, como pueden ser los asiáticos, la piel es una característica de belleza aparte de muchas otras connotaciones como salud, estatus social, etc. Es por eso, que se consumen alimentos y determinadas recetas para tratar de cuidarla y sobre todo de “embellecerla”.


Igual a nosotros tampoco nos interesaría tal extremo, pero sí estaría bien concienciarnos de que al igual que cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, el cuidado de la piel es esencial por sus numerosas e importantes funciones: protección, termorregulación, sensibilidad (tacto, presión, frío, calor, dolor), síntesis de vitamina D…

Por ello, nos gustaría compartir en este post, aquellos nutrientes que ayudan a mantener la salud de nuestra piel en condiciones óptimas. 


Empezaremos por las vitaminas: 


  • Vitamina C: ayuda a mantener la homeóstasis de la piel, previene la oxidación de lípidos y proteínas, protege a las células del estrés oxidativo y de la formación de radicales libres, aumenta  el nivel de la hidratación de la piel y promueve la cicatrización de heridas.  Además,  forma parte de la barrera en contra de los rayos ultravioletas (junto con licopeno, alfa-tocoferol, beta-caroteno, luteína…). Una patología relacionada con el déficit de vitamina C sería por ejemplo el retraso de la cicatrización en el escorbuto, engrosamiento del estrato córneo (hiperqueratosis).


  • Vitamina A: tiene numerosos derivados (retinoides) que se unen a receptores intracelulares para señalizar y mediar numerosas funciones en la piel. Modula la proliferación de queratinocitos y fibroblastos, protege del daño de los rayos UV, ayuda a prevenir patologías dermatológicas como psoriasis, acné e ictiosis (piel seca y escamosa). 

  • Vitamina D: además de ser muy importante para nuestro sistema inmunitario, modula procesos inflamatorios de la piel, de cicatrización y de formación de vasos sanguíneos. Un déficit de esta vitamina se relaciona con patoogías como la dermatitis atópica, eccemas o psoriasis.

  • Vitamina E: tiene propiedades antioxidantes y es un sensible marcador de estrés oxidativo de la piel, ya que sus niveles disminuyen tras una sola exposición a rayos UV. Modula el daño provocado por los rayos UV, fotoenvejecimiento y fotocarcinogénesis. Estudios han demostrado que su aplicación tópica junto con la vitamina C mejorar sinérgicamente los daños por UV, como eritemas o irritación. Además evita la degradación del colágeno y evita la formación de prostaglandinas inflamatorias. Una patología relacionada con el déficit de esta vitamina sería por ejemplo la dermatitis atópica o el retraso en la cicatrización. 



Hablando de minerales:

  • Zinc: es un importante cofactor que es capaz de absorber las radiaciones UV dañinas y en tratamiento conjunto con la vitamina C, realiza una acción antimicrobiana, muy útil en caso de acné por ejemplo. 


  • Cobre: como muchos de los que hemos mencionado, actúa como antioxidante en la piel (para que veáis lo importante que es proteger a las células de la oxidación). Además estimula la maduración del colágeno, ayudando a mejorar la elasticidad y el grosor de la piel.  


  • Selenio: mejora la actividad de enzimas antioxidantes como glutatión peroxidasa, este hecho se ha estudiado sobre todo para la psoriasis, ya que se ve que en esta enfermedad los niveles de esta enzima son más bajos, por lo que suplementación con Selenio han permitido mejorar los síntomas de esta patología.



Uno de los servicios que ofrecemos en la farmacia consiste precisamente en un análisis epigenético, basada en una herramienta desarrollada por un laboratorio alemán Cellwelbeing. A partir de una muestra de cabello, se consigue elaborar un informe extenso y detallado acerca de todos aquellos marcadores clave de nuestro organismo, como por ejemplo micronutrientes (como los que hemos expuesto en el post), toxinas, microbiología, influencias dietéticas, etc. Permite obtener información valiosa acerca del estado de nuestro organismo y también nos permite saber cuáles son aquellos micronutrientes que más necesitamos potenciar o por otro lado, saber si tenemos algún tipo de desajuste. 





Esperemos que os haya gustado este post y para cualquier consulta de suplementación, consejo nutricional, dermatológico o dermocosmético, nos podéis escribir por cualquier red social, email o pasando por la farmacia :) 







 

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